Infección por Covid-19 en niños






Los coronavirus humanos son una familia de virus descubierta en la década de 1960. De entre ellos, se reconocen 6 virus principales que pueden ocasionar una amplia variedad de infecciones de las vías respiratorias.

Entre estos tipos de infecciones, el coronavirus humano OC43 es el tipo  que más infecciones respiratorias causa y se detecta sobre todo, en niños menores de 5 años. Algunos de ellos han sido aislados junto a otros virus respiratorios causantes de enfermedades, lo cual dificulta conocer su papel más a fondo. También se les ha encontrado asociados a cuadros más graves, que ocasionan broncoespasmo, especialmente, en niños con antecedentes de asma o alergias.


Aunque el virus que ocasiona la Covid-19 no ha sido estudiado profundamente, se cree que es sensible a la radiación ultravioleta y al calor. Según algunas investigaciones el virus puede inactivarse calentándolo a 56°C durante al menos 30 minutos y usando solventes lipídicos como etanol o alcohol isopropílico al 70%, desinfectantes que contengan cloro o agua oxigenada.


La principal fuente de infección son los pacientes infectados por el virus. Así mismo puede transmitirse durante el periodo de incubación de personas asintomáticas. Este virus se transmite a través de las gotículas respiratorias expulsadas al toser, hablar o estornudar. El contacto cercano también favorece la transmisión (por ejemplo, contacto con la boca, nariz o conjuntiva ocular a través de las manos contaminadas). 


No hay estudios que confirmen  que pueda transmitirse a través de la leche materna. La prevalencia en niños es menor que en adultos y es de carácter más leve, aunque los casos graves también pueden presentarse. 


El diagnóstico se realiza mediante una prueba llamada “reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (RT-PCR)” o mediante la secuenciación del gen viral. Para ello se toman muestras de frotis faríngeo, nasofaríngeo (que es más adecuado en niños), saliva, heces o sangre. También se puede cultivar el virus alojado en las células epiteliales respiratorias, pero este solo se realiza en laboratorios especiales. 


La COVID-19 puede presentarse como una enfermedad leve, moderada o grave la cual puede presentar neumonía grave, síndrome de dificultad respiratoria aguda, infección severa y shock séptico. Los estudios realizados en la población pediátrica son escasos, y los resultados en cuanto a la sintomatología han demostrado ser más leves, especialmente en los lactantes. El periodo de incubación se encuentra entre 2-14 días (con un promedio de 3-7 días). La recuperación se produce entre 1-2 semanas. 


La Covid-19 también puede cursar como una infección asintomática: se manifiesta en niños con prueba positiva, pero sin evidencia de síntomas clínicos o de alteraciones radiográficas.


Los niños con síntomas leves pueden presentar síntomas inespecíficos y las manifestaciones de una infección de vías respiratorias altas: como fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, pérdida del apetito, pérdida del sentido del gusto o del olfato, dolor de cabeza, cansancio, conjuntivitis, diarrea, náuseas, vomitos, dolor muscular o malestar general. No hay signos de deshidratación, sepsis o dificultad respiratoria. La mayoría de los casos se recupera en una o dos semanas.


La enfermedad moderada se presenta con características de una neumonía: 

En adolescentes con o sin fiebre se podría manifestar con datos clínicos de una neumonía no severa, es decir: tos, fiebre y aumento en la frecuencia respiratoria. El diagnóstico es puramente clínico, no hay datos de neumonía severa ni necesidad de suministrar oxígeno.


En los niños más pequeños puede haber tos, productiva o no, respiración rápida, dificultad para respirar y retracciones costales. 

La radiografía de tórax o la tomografía, confirman el diagnóstico y permiten detectar complicaciones.


En la enfermedad severa, causante de neumonía grave, se observa tos, fiebre, respiración rápida y dificultad respiratoria, sobre todo en adolescentes. 

Puede haber insuficiencia respiratoria grave.


En niños más pequeños se observa tos o dificultad para respirar:


• Color azulado de labios.


• Dificultad respiratoria (quejido, retracciones torácicas graves).


•Paradas respiratorias intermitentes.


• Intolerancia a los alimentos por boca,

signos de deshidratación, alteración de la conciencia (somnolencia, coma) y/o convulsiones.


La radiografía de tórax y la tomografía confirman el diagnóstico de neumonía y permiten detectar complicaciones.


En la enfermedad crítica se presenta el llamado Síndrome Inflamatorio Sistémico Pediátrico asociado a COVID-19.


Aunque la mayoría de los expertos en las manifestaciones clínicas de esta enfermedad en la población pediátrica coincide en que la mayoría de los pacientes son asintomáticos, o padecen la enfermedad en una forma leve a moderada, existe una pequeña proporción que puede llegar a desarrollar lo que llamamos una respuesta inflamatoria sistémica. Este grupo de pacientes requiere permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos con la participación multidisciplinaria de médicos intensivistas, inmunólogos, hematólogos, cardiólogos e infectólogos pediatras.


Algunas manifestaciones del Síndrome inflamatorio sistémico 


Este particular síndrome comparte características con otros procesos inflamatorios pediátricos, como por ejemplo, la Enfermedad de Kawasaki o el Síndrome de Shock Tóxico. Se manifesta con un cuadro de dolor abdominal intenso y elevación de los niveles de marcadores de inflamación en sangre.

Los pacientes tienen fiebre persistente, elevada y de difícil control. Se acompaña también de otras alteraciones en el hemograma y en los marcadores de inflamación.


Este síndrome es muy similar al síndrome de Kawasaki, pero posee signos clínicos diferentes. Puede tener manifestaciones graves pero, generalmente, tiene buena respuesta al tratamiento médico utilizado.


Cómo evitar los contagios?


Las recomendaciones son las mismas provistas por Organización Mundial de la Salud y el Centro para Control y Prevención de Enfermedades, con especial atención en los niños con enfermedades de base como asma o alergias. Las medidas están encaminadas a reducir la exposición y la transmisión del nuevo coronavirus.

Entre las principales recomendaciones se encuentran: 

  • Evitar el contacto cercano con personas que padecen infecciones respiratorias agudas, fiebre o tos.
  • Lavar frecuentemente las manos con agua y jabón durante 20 seg., o en su defecto, usar un desinfectante para manos a base de alcohol.
  • Lavar las manos sistemáticamente después de toser o estornudar y secarse las manos con un pañuelo de papel de un solo uso.
  • Limpiar frecuentemente los utensilios que comúnmente se comparten con otras personas. 
  • Evitar compartir vasos, platos y otros utensilios que puedan estar contaminados con saliva.
  • Recordar mantener el distanciamiento físico de 1-2 m con otras personas, cubrir la boca al toser o estornudar con pañuelos desechables, o con el antebrazo e inmediatamente lavarse las manos, y el uso de mascarilla para evitar la trasmisión.  

El tratamiento de esta enfermedad está dirigido, como mencionamos anteriormente,  a la disminución de los síntomas y evitar las coinfecciones bacterianas. Hasta el momento no existe un tratamiento específico. 


Si su niño o niña presenta síntomas de la enfermedad o usted sospecha que pueda tenerla, comuníquese inmediatamente con su pediatra para recibir atención médica y poder comprobar la enfermedad. Mientras tanto, mantenga al niño o niña alejado de otras personas hasta tener el diagnóstico preciso. 


Recuerde siempre que el mejor tratamiento es la prevención!



Referencias: 

Márquez-Aguirre, M P, et al. Espectro clínico de COVID-19, enfermedad en el paciente pediátrico; artículo especial. Acta Pediatr Mex. 2020;41(Supl 1):S64-S71.


Fotos:  Getty images

Kawasaki Disease Foundation.