Qué hacer cuando un niño no quiere comer.

 

Cómo lograr que tu niño coma sin obligarlo





Sabemos que no es tarea fácil, pero estamos aquí para ayudarte a superar esos obstáculos. He aquí algunos consejos muy útiles que te ayudarán a crear mejores hábitos de alimentación para tus niños.


Muchos padres a diario se enfrentan con la difícil situación de que sus niños no quieren comer. Sobre todo cuando los alimentos no son agradables en su sabor, textura o color. Los niños comen en la misma proporción que su velocidad de crecimiento les permite, es decir, de acuerdo a la cantidad de nutrientes que en ese momento están necesitando para crecer. 

 

Durante el primer año de vida los requerimientos nutricionales son mayores, ya que la velocidad de crecimiento está aumentada casi al doble, y su peso llega a ser 3 veces (a veces un poco más) de lo que pesó al nacer.

 

 Si un niño no hiciera estas “pausas” o disminuciones alimentarias y continuara ingiriendo alimentos con la misma frecuencia, pronto llegaría a alcanzar un estado de obesidad y sobrepeso, incluso antes de llegar a la edad preescolar.

 

Existen ciertas estrategias que podrían utilizarse en aquellos niños con poco apetito o que rechazan los alimentos que contienen los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimos. Algunas de ellas son:

·         Elimine las distracciones. Esto significa que a la hora de comer retiraremos todo aquello que les impida mantenerse centrados en la alimentación: tabletas, juguetes, el televisor, celulares, etc. 

·         Mantener un horario cada día para crear hábitos alimentarios saludables. Así el organismo del niño se acostumbrará en ese mismo ritmo y en ese orden será más fácil ya que creará la necesidad de alimentos a la misma hora.

 

·         Atraer su atención con colores y formas. Ya sea cortando y colocando los alimentos de manera divertida o sirviéndoles en un plato de su superhéroe favorito o del color de su preferencia. 

 

·         Mezclando alimentos (los de su preferencia) con los que queremos introducir. Así el sabor será más agradable y lo tolerará mejor ya que algunos alimentos pueden tener un sabor fuerte. 

 

·         Ofreciéndole pequeñas porciones en varias ocasiones. Esto es muy conveniente en los niños que se les dificulta comerse un plato lleno de comida. Dividimos la comida en porciones y así logramos que puedan ingerir una adecuada cantidad de esta.

 

·         Evitar las picaderas o antojos.  Estos no resultan apropiados a la hora próxima de las comidas y, por último, mantener por norma que todos en casa coman la misma comida sin distinción de comidas especiales o extras a causa de ningún miembro de la familia.

 

Es muy importante recordar que nunca se les debe obligar a comer ya que esto resultaría contraproducente y, lo que podríamos lograr con ello sería la negación o rechazo total del niño hacia los alimentos. Por el contrario, se trata de estimularlo para lograr que se pueda crear un hábito alimentario saludable y sin traumas. 








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